martes, 10 de diciembre de 2013

ACTITUDES NEGATIVAS EN EL DEPORTE Y COMO EVITARLAS

    
Desgraciadamente las actitudes negativas vienen dadas en muchos casos por los que realmente tendrían que dar ejemplo que son los deportistas profesionales. Podríamos hablar de la no aceptación de las normas como parte del juego, intolerancia ante el juez, que es la persona que tiene la difícil misión de aplicar las normas en cada momento, utilización de métodos violentos para frenar al oponente produciendo en muchos casos lesiones, utilización de los medios de comunicación para  provocar rechazo  al rival, utilización de métodos de dopaje para mejorar el rendimiento, y por último la pasión extrema llevada al deporte que se convierte en violencia brutal en muchos casos entre los espectadores. Todo esto  lo podemos considerar como actitudes negativas en el deporte.

Creo que lo más importante para evitar muchos de estos aspectos negativos es la educación deportiva desde la base. Enseñar a los chavales desde pequeños el juego limpio y el deporte como esfuerzo y superación personal  y valores como la solidaridad, el compañerismo y el respeto al rival. Añadiría también lo importante que es que las grandes estrellas en los diferentes deportes den un buen ejemplo a todos esos niños y niñas que  sueñan el día de mañana con llegar a ser como ellos.

Pasiones que mueve el deporte y sus aspectos positivos y negativos

El deporte mueve masas y genera pasión en cualquier lugar del mundo, pero sobre todo en los países mas desarrollados, aunque también cabe destacar que en los países pobres también se vive con mucha pasión, y el deporte se solidariza mucho con ellos.
La pasión en el deporte bien entendida es capaz de generar alegría, afición o ilusión. Es lo que podríamos llamar el amor por los colores. Es capaz de paralizar un país por un acontecimiento deportivo (olimpiadas, mundiales etc.). Nos hace olvidarnos durante un rato de los problemas que nos rodean. La pasión por un equipo o por los grandes deportistas a nivel individual es la mejor campaña de publicidad para ese deporte. Las grandes audiencias televisivas son un claro ejemplo de ello. Ser hincha o seguidor de cualquier equipo nos hace ser solidarios con los aficionados de ese equipo. Sufrimos o nos divertimos todos por igual. Y si la rivalidad con los contrarios es sana nos engrandece a todos. Queremos que nuestro equipo gane pero no a cualquier precio. Somos capaces de felicitar al rival si lo ha hecho mejor que nosotros.

El problema es cuando las pasiones se convierten en bajas pasiones. Cuando el equipo contrario nos genera odio o cuando estamos dispuestos a llegar a agredir al contrario es cuando llega la violencia. Cuando vemos competiciones  de base donde los propios padres de los deportistas se comportan como auténticos ultras contra el árbitro o el equipo contrario la pasión se convierte en pésima educación deportiva. Estas bajas pasiones son las que hay que eliminar a toda costa.